Bellas Artes y el arte de la política

El fin de semana siguiente pasó en tranquilidad, claro que 72 horas de intensas lluvias no eran como para salir a parte alguna. Así que básicamente me la pasé invernando. El sábado recibimos la visita de una dominicana del programa de becas del ministerio, con quien ya habíamos tenido contacto desde antes de llegar a Bilbao. El domingo algunos chicos del máster, denominándose a sí mismos como «los ruinas», vinieron a tratar de arreglar la cama de mi compañera que se había roto el viernes antes. Al final nos quedamos viendo el juego del Barça contra el Athletic (y que dolor sentí al saber que estaban a 5 paradas del metro).

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