Desde mi llegada de Madrid, la estadía en Bilbao fue bastante tranquila: llegar a clases, salir de clases, hacer comida, fregar, dormir, hacer tarea…etc, etc, y alguna salida al Kareoke (donde nos degalillamos cantando). Hasta el sábado cuando recibimos la visita del novio de Frantxy y uno de mis más viejos amigos. Sentí como si un pedacito de dominicana hubiera llegado, más la grata sorpresa de algunos mensajitos enviados por varios de mis amigos.
Pero francamente no llegó en un buen tiempo, desde la semana pasada estuvo lloviendo, y ese weekend el temporal que azotaba la costa se sentía en pleno de la ciudad. Claro que la semana no comenzó mejor, mi gripe que no me deja ni me abandona, más las constantes lluvias, más las bajas de la temperatura… Bueno, todo eso me tenía con el pecho sin servir, la nariz roja y la garganta que no dejaba de picar.