Me desperté cuando el chico que da asistencia pasaba con el desayuno. Un vaso de café con una granola. Tomé la granola, omití el café y volví a acomodarme para tratar de dormir, aún cuando habían abierto las cortinas de la ventanilla. Finalmente estabamos llegando, el reloj marcaba las 10 de la mañana y yo rogaba por llegar al hostal lo más pronto posible para tomar un baño. Tenía más de 24 horas de viaje desde el momento en que dejamos Chaitén, hasta el instante que nos estacionamos en Santiago. Al salir del autobus y tomar mi maleta, me dispuse a buscar un taxi, cuando lo encontré le di la dirección anotada , que de por sí ya me había memorizado, y emprendimos el camino.
Santiago
13 años más tarde y los Andes
Desde que tenía 16 años había estado ahorrando para cumplir una meta: Conocer Chile. Mientras muchos soñaban con ir a Paris, Roma o New York, yo soñaba con irme al sur de América, y mientras más al sur, mucho mejor. Claro que el viaje es largo y costoso. Y claro también que he viajado a muchas otras partes del mundo, como Paris, Roma o New York, pues porque la vida así me lo había permitido. Así que con el paso de los años la meta se ponía más difusa, y al mismo tiempo más clara: 2016 Chile.