Eran las 9:00 am cuando salimos del hospedaje Catalina, tras despedirnos y tomar el acostumbrado desayuno chileno: pan, palta, mantequilla, mermelada, té, queso, jamón y un pedazo de bizcocho. Llegamos a tiempo, y esperamos una hora antes de que el barco zarpara. A medida que pasaba el tiempo, más vehículos entraban a la embarcación. Las personas salían de sus autos, caminaban por la cubierta, tomaban fotos o se iban a la cabina a descansar.