Desperté a mitad de la noche con calor y sed, pensando que serían ya las cinco de la mañana o algo así. Que difícil fue notar que apenas eran las tres de la mañana y quedaban tres horas por delante para poder dormir antes de tener que levantarnos. Lamentablemente no pude volver a dormirme, y ya cuando me finalmente estaba cayendo rendida me tocó levantarme. Típico.