Desperté a mitad de la noche con calor y sed, pensando que serían ya las cinco de la mañana o algo así. Que difícil fue notar que apenas eran las tres de la mañana y quedaban tres horas por delante para poder dormir antes de tener que levantarnos. Lamentablemente no pude volver a dormirme, y ya cuando me finalmente estaba cayendo rendida me tocó levantarme. Típico.
hornopiren
Hacia el sur y más allá
Como ya había comprobado dos días atrás, mi compañero de viaje carecía del sentido de la puntualidad. Habíamos quedado en reunirnos a las 9:00 a.m, y aunque no tenía manera de despertarme con alguna alarma, a las 8:00 ya tenía los ojos abiertos, por suerte mi cuerpo no sufre esa dificultad cuando viajo. Pero conociendo a mi amigo, me tomé mi tiempo para levantarme. Recogí mis cosas, anduve un poco por el internet, lei un poco, rechacé el desayuno, dado que iríamos por un completísimo (hot dog con tomate y palta).