Como el autobús salía a las 11 a.m y teníamos que buscar un lugar donde desayunar, tratamos de no levantarnos muy tarde. Recogimos todo, arreglamos la casa, tratando de dejarla lo más parecida a como la encontramos, le dejamos una nota a nuestra anfitriona en un cuaderno de invitados, y luego de buscar en Google lugares donde desayunar, salimos con maletas en mano.