Era domingo y teníamos todo el día por delante para conocer otros atractivos de Futaleufú, así que esta vez me levante sin mucho apuro a la hora acordada y bajé a desayunar con calma. Mientras nos comíamos el pan con la palta, el queso y el té que nos servía la abuelita, hacíamos los planes del día. Teníamos que comprar los boletos de regreso para el barco hacia Hornopirén, yo quería lavar la ropa que me quedaba sucia -esa llena de polvo gracias a la caminata en la reserva- y ver si nos daba tiempo subir a la Piedra del Aguila, bueno, Lilo quería ir a la piedra, yo esperaba tener un día más tranquilo.
Futaleufú
Hacia el sur en mar: Futaleufú
Eran las 9:00 am cuando salimos del hospedaje Catalina, tras despedirnos y tomar el acostumbrado desayuno chileno: pan, palta, mantequilla, mermelada, té, queso, jamón y un pedazo de bizcocho. Llegamos a tiempo, y esperamos una hora antes de que el barco zarpara. A medida que pasaba el tiempo, más vehículos entraban a la embarcación. Las personas salían de sus autos, caminaban por la cubierta, tomaban fotos o se iban a la cabina a descansar.