Mi última semana en Brasil pasó tranquila, con un poco de ansiedad sobre algunas cosas, pero en general sin muchos apuros. Como suele ocurrir cuando se acerca el momento de viajar de nuevo.
El miércoles estuvimos celebrando otro cumpleaños, me da la sensación de que vine a celebrar aniversarios, y luego de comer mucho, fuimos a un bar donde los miércoles tienen una especie de karaoke, pero más bien es como a un micrófono abierto. Hay una persona con una guitarra, pides una canción y cantas mientras él te acompaña. Claro que lo hicimos con la letra de la canción en los celulares, y sin el más mínimo sentido del tono, pero fue bastante divertido recibir mi cumpleaños con un grupo de extraños cantando canciones en inglés. Si, acababa de salir de la celebración de uno para recibir otro.