Llegar a Holanda para celebrar el año nuevo fue quizás la cosa más extraña que me pudo pasar finalizando el 2011. Con la queja de que nuestro hotel quedaba en el hoyo del mundo, véase que para llegar al centro había que tomar un autobús mas un tren, desde el aeropuerto. En fin, que nos levantamos el sábado temprano, para la visita de vista panorámica de la ciudad.