París, ¿la ciudad de las luces o mejor dicho de la neblina?

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Nota publicada el 27 de diciembre 2011

Levantarse a las 7:30 a.m en París debe ser un sueño para cualquier turista. Claro que si ves por la ventana el «amanecer» y solo ves neblina, pues bueno… el día puede mejorar.

Tomamos un rico desayuno ofrecido por el hotel, y nos reunimos con el grupo del tour a las 9 en el autobús frente al hotel. Aproximadamente 26 personas de diferentes nacionalidades, incluyendo de Filipinas, estaban en el bus, siendo guiados por Silvia, quien a medida que pasábamos por cada lugar hacía alguna referencia bien chistosa. Entre tomar fotos en medio de la neblina, ver la tumba de Napoleón, y desear llegar a la Torre Eiffel para la gran foto, al final no se pudo. 

Cuando Silvia dijo: Y a la derecha tenemos la Torre Eiffel, y nosotros: ¿dónde? Y al acercarnos, ahí estaba la doñita. Por mitad. A Tracy casi le da un infarto, su sueño de París estaba siendo estropeado por el clima.

Bajamos nos tomamos la bendita semi foto, y ya teníamos los planes para regresar en la noche cuando las luces estuvieran encendidas. Así que seguimos nuestro camino hasta el Museo del Louvre donde quedaríamos libres, y dónde supuestamente nos pasaríamos la tarde visitando las obras de arte más afamadas del mundo, porque para los menores de 26 años la entrada era gratis, adoré tener 23 en Europa, pero, bullshit. Resulta que el Louvre cierra los martes.

Pero nada, París es enorme y hay mucho que conocer, así que nos tomamos la foto en la pirámide del Louvre por fuera, entramos al Carrousel (sitio de tiendas y comida dentro de las instalaciones del museo), comimos paella y tapas en Francia (había diversos restaurantes de comida -asiática, mediterránea, francesa, italiana, española y McDonalds) y al final llegue allí a comer paella cosa que todavía no había hecho en España.

Luego caminamos por algunas tiendas muy curiosas, y entramos a la Apple Store, donde podías usar los dispositivos gratis. Véase, entrar a internet, publicar cosas en FB/Twitter… En fin, que entre el Ipad 2 y la MacBook Air hice mi día.

Seguimos el camino hacia la catedral de Notredame a ver si nos encontrábamos al jorobado. Luego de durar como 30 minutos caminando, finalmente dimos con ella. No era difícil dado el tamaño y más aún la cantidad de gente que había. Tremenda la fila. Pero, la entrada era gratis, así que valía la pena. Increíblemente avanzamos rápido, y cuando menos lo pensamos estábamos adentro de una de las catedrales más famosas del mundo, tomando fotos sin flash (como decía el letrero), y luego salimos para entrar a las torres, justo cuando cerraron las puertas. ¿Y qué ibamos a hacer ahora, cuando apenas son las 4 de la tarde? Pos nada, seguir turisteando.

Así que muy lindas nosotras, decidimos irnos caminando a la Torre Eiffel y esperar a que se hiciera de noche para verla brillar. Claro que no contábamos con que estaría a casi dos horas caminando por la orilla del río, ni que el mapa (hijo de Tracy) se cayera dos veces y tuviéramos que ir a buscarlo, o que a la tercera se terminara de perder. O de que nos detuvieramos para tomar fotos de la ciudad de noche, o de que al llegar resultara que solo se veía un chin más por encima de lo que ya la habíamos visto. Pero créanme, ese espectáculo hay que tirárselo. Las luces de Eiffel por un lado, y al cruzar la calle el mercado de Navidad, donde venden el crepé más bueno que me he comido (que por cierto, vimos hacer, y fue tan divertido)… la pista de patinaje sobre hielo, las luces, ni siquiera el clima podían arruinar eso.

Compramos otro mapa, y tomamos el metro de regreso a nuestra casa provisional. Llegamos al centro comercial que queda justo al lado para comprar nuestra querida pasta de dientes, y oh tecnología, tu mismo te cobras. Que brutas nosotras intentando pasar la pasta y que no leía el código de barras porque había otro producto en la bandeja… Finalmente en el hotel, al otro día teníamos muchos planes, básicamente el mismo recorrido de ese día más Versalles nos esperaba. Día libre del tour (al menos que quisieras pagar extra algunas visitas guiadas a sitios que de por sí puedes entras gratis) y último día en Paris.

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