27 de abril, 2012
Salir a grabar un reportaje para un programa de televisión, independientemente si es una clase o no, siempre es una aventura. No quieras saber si el tema tiene que ver con una historia que ha herido los corazones de los habitantes. Y que de alguna manera sigue latente. No sé si muchos de ustedes esten familiarizados con el tema ETA, pero aquí es parte de la historia de esta ciudad. Una parte no muy agradable.
En fin, que de mi grupo de televisión a la Tere, al Tony y a la Dahi nos tocó salir a grabar temprano en la mañana. Nadie quería, porque ahora los viernes son los únicos días de la semana en que podemos levantarnos tarde y descansar un poco. Pero tambien es el único día para avanzar trabajos. Así que llegué al máster, tras haberme levantado medio espantada porque me cogió el sueño, pero todavía no habían llegado.
Teníamos que ir a un pueblo donde hubo un atentado etarra en el 2009 y había muerto un policía. El problema era que nadie sabía donde quedaba ese lugar. Duramos aproximadamente 40 minutos buscando cómo llegar al pueblo/barrio, todavía no estabamos seguros de qué era en realidad, y encima de eso había un grupo que necesitaba la cámara que nosotros habíamos solicitado para salir a grabar algo para la web tv. Nada que al final sólo había una cámara y nos la llevamos nosotros.
Equipados y con sombrillas, gracias a la lluvia, salimos hacia el metro para llegar a la parada del tren de cercanías. Comprando el billete de ida y vuelta nos montamos faltando 10 minutos. Cual de los tres más emocionados porque estabamos seguros de que nos ibamos a perder. Eso sí, que para la una de la tarde teníamos que estar de regreso porque había clase.
Llegamos a la localidad. Casas, mucho verde, mucho monte y poca gente. Entramos a un local donde una señora super amable nos indicó que primero, ahí no era el sitio, sino algunas 4 paradas antes y segundo, que caminando un poco más llegariamos a un sitio donde también hubo otro ataque. Nuestro intrepido camarografo se fue a hacer algunas tomas, mientras un señor muy atento nos guiaba a un bar para encontrar a gente que nos hablara del caso. Al final había pasado tanto tiempo que nadie se acordaba, o eso nos decían.
Nos fuimos entonces a tomar el tren de regreso y bajamos en la parada señalada. Aquí preguntamos en una especie de farmacia y resulta que justo en frente hubo dos muertos asesinados por ETA. Hicimos tomas de apoyo y luego caminamos hacia el aparcamiento donde sucedió el caso que nos llevó hasta allí. Caminamos y parecía que ibamos en me dio de la nada. Un día nublado y lluvioso, árboles por un lado, arbutos por el otro. Una cancha de baloncesto vacía, un campo de fútbol vacío, algunos carros estacionados… Nos topamos con un señor que venía en dirección contraria y aquí aprovechamos para hacerle algunas preguntas. Resulta ser que estuvo en el lugar de los hechos y se salvó de chepa.
Después las siguientes dos personas con las que nos topamos no quisieron hablar. Ya estabamos tarde para regresar a clase. Grabamos la entradilla – presentación que hace el reportero del tema- esta vez me tocaba hacer acto en cámara. Tras 10 minutos tratando de hilar las ideas y ver cómo lo hacía, terminamos grabando y corriendo para tomar el tren de regreso. Al llegar al metro corrimos una vez más para no perder el transporte que estaba a punto de irse, y finalmente llegamos a clases con 40 minutos de retraso.
Todavía el lunes nos tocará salir a grabar más totales para completar la pieza. Y luego de la clase nos tocó hacer trabajo de investigación para el reportaje final de informativos. Los temas son muy fuertes y van a requerir de mucho trabajo. Ahora mismo estoy tan cansada que sólo pienso en dormir las próximas 48 horas.