Cuando tenía 13 años escuché una canción que aunque no entendía lo que decía, por alguna razón me gustó mucho. Cuando cumplí 16, un amigo me envió unos cortes de vídeo de un concierto de los autores de esa canción, la banda irlandesa U2. Recuerdo que fueron cuatro cortes, que incluían canciones como Sunday Bloody Sunday, y aquella canción que había escuchado hacía tiempo atrás With or Without You.
Desde entonces entendí que aunque tuviera muchos artistas predilectos, o canciones que me llenaban, esa banda y sus canciones provocaban en mi algo especial. Cuando cumplí 17 años otro amigo me regaló un CD donde entre otras canciones, apareció la que sería mi canción favorita de todos los tiempos, aún hoy, Stuck in a Moment. Claro que aún a esa edad no terminaba de entender bien la letra, por aquello de que estaba en otro idioma que yo todavía no dominaba…
Años más tarde empecé a mejorar mi inglés, y así entender mucho mejor las canciones, y a cantarlas con más emoción. Como era una trabajadora de clase media, nunca llegué a ilusionarme con ir a un concierto de ellos, primero porque no había ido a concierto fuera del país, y segundo porque dudo mucho que vengan a mi país. Sin embargo, el año pasado lanzaron su tour por los 30 años de The Joshua Tree, uno de sus albumnes más emblemáticos, y coincidió que irian a una de las ciudad en Estados Unidos donde tengo amistades residiendo. Así que me entusiasme, me organicé, conseguimos las taquillas, pedí el permiso necesario en el trabajo (dado que aunque el concierto sería sábado, debía durar un día completo de viaje para poder llegar) y compré mis tickets de vuelo.
Pero, ese no era el momento para verlos en vivo. Surgieron algunos huracanes que afectaron la zona por la que volaría (y de donde saldría), y el vuelo se canceló. Como la tormenta había pasado, busqué la vuelta para poder llegar, y así conseguí un vuelo el doble de caro con escala en otra ciudad que no hubiera sido afectada. Y me fui. Lo único que el mismo día que llegué, en la ciudad donde sería el concierto, se armó un despelote, y no aseguraban la seguridad de los asistentes al estadio, así que el mismo día del concierto, y aún a pesar de haber hecho todo lo posible por llegar, se canceló.
Ya se imaginarán los gritos que di.
En diciembre, con el lanzamiento de su último disco, anunciaron también su nuevo tour eXPERIENCE+iNNOCENCE, y estaría visitando las mismas ciudades en Norteamerica, en fechas distintas. Así que hice mis averiguaciones, me verifique como fan en la página de TicketMasters, y esperé a que me llegara mi código para comprar mis tickets. Mi código no llegó. Luego, como a la semana, ya no recuerdo bien, anunciaron nuevas fechas para los sitios que me interesaba, y obviamente todo se había vendido y tuvieron que abrir nuevos shows. Esta vez mi código llegó y pude comprar mis tickets.
Luego de que la semana coincidiera con actividades familiares, solicité vacaciones adelantadas en el trabajo, compré mi vuelo y me quedé tranquilita a esperar. Sin ningún anuncio, sin mencionarlo mucho. Llegué a New York un día antes, luego de haber madrugado para tomar un vuelo a las seis de la mañana. El martes 26 de junio tomé el metro a Astoria para reunirme con mi hermana, quien me acompañaría a concierto. Tras durar casi dos horas de camino, entre cambio de trenes y que justo tres estaciones antes nos hicieran bajar a la estación y esperar hasta un tercer tren para poder avanzar, me reuní con ella, comimos, vimos el juego de la copa que tocaba ese día (cuando Argentina pasó a octavos), nos arreglamos y tomamos nuestro camino hacia el Madison Square Garden.
Cuando llegamos era muy temprano todavía, y casi no había nadie esperando. Una pareja por allí, un hombre y su hijo por allá, algunos oficiales de seguridad y así. Desde una puerta al fondo se escuchaba un coro que gritaba «1, 2, 3, 14!!», y yo empezaba a entusiasmarme. Con el paso del tiempo aumentaba la emoción y mis ganas de ir al baño. Finalmente nos dejaron pasar, subimos no sé cuantos pisos hasta llegar a nuestros asientos justo detrás del escenario. Fui al baño, y me acomodé a esperar a empezara el show. Los stories de mi Instagram estuvieron al reventar, y gasté el 60% del paquetico que había comprado para tener internet fuera de casa.
