Empecemos con el hecho de que toda mi vida he estado adelantada al tiempo. Me explico. Si mañana tengo que salir de la casa a hacer diligencias, desde el momento que sé que tengo que hacer eso ya estoy pensando en la ruta que debo tomar, planificando qué ropa debo ponerme, organizando a qué lugar ir primero, evaluando cuánto tiempo me tomará llegar de un lugar a otro, pensando en qué pasará si hay mucho tráfico… Uff de solo escribir todo eso ya me estresé. Suerte que ya no soy así. O bueno, trato de no serlo.
Toda mi vida he estado estresada y ansiosa por las cosas que vienen más adelante, por lo que tengo que hacer, por las cosas que quisiera hacer y las que debo hacer. Planificando cada instante del día y tratando de tener una actitud «chill» por fuera, pero mi cabeza a millón pensando en cada paso que debo dar. Cuando tengo cosas pendientes por hacer no importa cuánto trato de estar calmada, o qué tanto haya procrastinado viendo alguna serie o haciendo cualquier otra cosa, en mi interior siento esa ansiedad del «tengo que hacer esto».
Hace unos siete meses, los mismos que tenemos en cuarentena, inicié la práctica de yoga de la mano de Elena Malova, una rusa radicada en Chile, quien a través de su canal de Youtube y cuenta en Instagram, comparte prácticas y rutinas de yoga, relajación y meditación. Empecé como muchos, siguiendo rutinas cortas de 20 y 25 minutos para principiantes. Habían días que sólo hacía la rutina de yoga, y en otras ocasiones agregaba una rutina de cardio de otro canal de Youtube. Desde hacía mucho quería iniciar en este tipo de práctica, pero los videos que encontraba en internet no me llamaban la atención, y nunca coincidía con las clases en el gym —aunque esas no eran más una mezcla entre pilates y otras disciplinas—.
Luego hice un reto de 30 días de cardio intenso con la misma Elena, y al final me quedé con el yoga. Unos meses m´as tarde inicié en la meditación, por lo pronto dedicando no más de 15 minutos diarios, tanto en la mañana como antes de acostarme. ¡Ha sido genial!
En los últimos meses he estado con mucho estrés por grandes cambios que están ocurriendo en mi vida, de eso les contaré más adelante. Pero al enfocarme en mis prácticas vuelvo al presente, al momento de ahora y poco a poco calmo mi mente agitada y acelerada que quiere salir a resolver todo de una. Al concentrarme en el día a día, en hacer las cosas que puedo aquí y ahora, suelto todo lo demás y me siento más tranquila, más en armonía con las cosas que me rodean, y diría que hasta un poco más feliz. El yoga me ha ayudado no sólo a mantener mi cuerpo en movimiento, más ahora en cuarentena, sino también a calmar mi mente y espíritu.
Con esta práctica se trabaja todo el cuerpo, los músculos, las articulaciones y la flexibilidad. Estar concentrados en cada postura, y más que nada en la respiración constante ayuda a bajar las revoluciones, y también se suda bastante dependiendo de las rutinas que realices. En mi caso vario entre rutinas pesadas y complejas del viyansa yoga, y otras suaves y relajantes. Existen también las rutinas como el flow yoga, donde los movimientos son más fluidos y por ende, a mayor velocidad, o el power yoga donde la fuerza es esencial. Coordinando siempre cada movimiento con la respiración.
Ojo, quizás esta no sea una práctica para todo el mundo. Tal vez no eres de los que disfruta estar varias respiraciones en una misma posición sintiendo como las piernas trabajan, el abdomen y la espalda, o puede ser que te cueste mucho mantener la mente despejada durante una meditación… y eso es bueno y válido. Pero, si quieres lograr vivir en el presente, el aquí y ahora, alejándote de la ansiedad y lo que pueda pasar m´as adelante, pues te recomiendo que le des una oportunidad. Claro, que es una práctica que se debe realizar de manera constante para poder obtener resultados favorables. Igual no te preocupes tanto por que puedas llegar, y enfócate es disfrutar del proceso.
Aquí te dejo una de mis rutinas preferidas, es el saludo al sol, una rutina corta pero efectiva.