Es posible que te haya tocado viajar horas y horas en un avión comercial, en clase turista, con un asiento no muy cómodo y al lado de personas no muy agradables. Lamentablemente la mayoría de los simples mortales, como tú y como yo no contamos con el presupuesto para pagar un vuelo en clase business y mucho menos como para tener un jet privado. Si los ingenieros, físicos y astrofísicos se hubieran inventando la máquina para teletransportarse de seguro hubiera algún tipo de bloqueo o tapón masivo por la cantidad de personas que la utilizarían a diario. Quiero decir, imagínate salir de la oficina un viernes por la tarde y querer irte a Hawaii por el fin de semana… Claro que habría que tomar en consideración las leyes migratorias, pero esos son otros quinientos.
Ahora bien, si eres lo suficientemente afortunado para tomar un vuelo al otro lado del mundo o hacia otro continente es probable que lo menos que te importe es el asiento en el que vas, siempre y cuando estés montado en ese avión. Yo era así, no le daba mucha mente al lugar que me tocara, siempre y cuando fuera la ventanilla por aquello de ver cuando aterrizas o cuando despegas… Pero con los años he aprendido a valorar más la comodidad y en especial mis horas de sueño. Verás, en mis 33 años de vida he tomado más de 10 vuelos internacionales, de distinta duración y en distintas áreas del avión: Desde el primer asiento justo detrás de la cabina del piloto, hasta el último asiento casi al lado del baño. Mientras que un vuelo de dos o cuatro horas se puede soportar bien en clase turista económica soy pobre, uno de más de siete horas y con cambio de horario al lugar de destino puede repercutir en tu salud al menos por los siguientes dos o tres días. Depende de cuántas horas de diferencia tengas y qué tanto te afecte el señor jet lag. Y sí, no siempre vas a poder realizar lo que estoy por contarte a continuación, créeme, de las tres veces que lo he intentado hasta ahora solo me salió bien la última, así que lo último que se pierde es la esperanza. Ahora te explicó cómo logré viajar en clase business sin pagar un boleto de clase business.
- Aplica en la subasta para obtener un upgrade con tu aerolínea
Creo que en este punto es necesario que te aclare un punto muy importante, mi boleto de avión fue comprado por la institución por la que viajo. Te explico: estoy becada por una fundación para realizar mis estudios de doctorado en España y la beca incluye el vuelo. Claro que ese vuelo es en clase turista, pero igual no tengo que pagar nada. Ahora bien, continuamos:
Obtener un upgrade con la aerolínea depende mucho de si la empresa lo tiene disponible o no, también esto va a variar según tu fecha de viaje. En mi caso viajé por Iberia y recién me enteré que tienen un sistema donde puedes aplicar para ascender de categoría una vez hayas comprado tu vuelo. Esto te permite pagar mucho menos de lo que costaría un ticket en business o turista premium desde cero. En Iberia tienen varias opciones: participar de una subasta a través de su página web, donde haces una oferta y 48 horas antes de tu vuelo te dicen si te aceptaron o no. No te hacen ningún tipo de cobro hasta que tu oferta no es aceptada. Esto en general se realiza en la sección de Gestión de Reserva y puedes hacerlo con semanas de antelación. Claro si te funciona tu tarjeta de crédito, porque en mi caso intentes varias veces con distintas tarjetas pero me salía un error.
2. Revisa la opción de realizar el upgrade al momento de hacer el check-in
Esto fue una maravilla que realmente no conocía. Si realizar el check-in en línea, a través de la página web, te puede salir la opción de realizar el upgrade. Claro que aquí no hay manera de saber cuánto te costará el cambio, pero seguro que será mucho menos de lo que pagaste en primer lugar. En mi caso, como no había realizado ningún tipo de pago no me molestó mucho pagar la suma que me tocó (unos 300 euros). Hey, ¿300 euros por viajar en primera clase a Madrid? No sé tú, pero para mi fue una ganga. Ahora bien, ese monto variará según las fechas del vuelo (si ya te lo dije, pero te lo repito para que lo tengas en cuenta). Si es fin de semana, temporada alta, etc.
3. Como última opción, antes de montarte en el avión
Esta sería la última opción en caso de que nada de lo anterior te funcione. Ya en el aeropuerto, cuando estés registrando tus maletas, puedes pedir en el mostrador de la aerolínea que la posibilidad de hacer un upgrade. Si el avión no va completo y tienen asientos disponibles, es muy probable que puedas lograrlo. Claro, aquí el cambio te puede salir más caro de lo que imaginas, pero vale la pena.
Ventajas de la primera clase
Como te comenté al principio, con la edad me he decantado por la comodidad. No es igual poder dormir 5 horas de 8, a no dormir nada o apenas dos horas mal dormidas. La primera ventaja de la primera clase es que puedes pasar primero y acomodarte con más espacio. Lo que me lleva a la segunda ventaja: los asientos. Si es cierto que no será como estar en tu propia cama, pero la diferencia en cuanto a la comodidad con un asiento clase turista es del 100%. No solo es que tienes más espacio para ti y tus cosas, en especial ahora que viajamos en tiempos de covid-19, si no que te puedes acostar, las almohadas son más cómodas, las cobijas más calientes y el asiento de por sí está más acolchado. En este vuelo nos tocó turbulencias en varias ocaciones. Aunque las sentí fuerte, fue menos que si hubiera viajado en clase turista.
Otra ventaja, por su puesto, son las opciones de comida y bebida. El hecho de que te entregan un estuche con objetos de higiene personal como cepillo de dientes, pasta, crema de manos, bálsamo de labios, etc. O también que la pantalla es más amplia y puedes ver una película o serie con más calma. Aunque igual, en mi caso llevaba mi tableta con algunas series descargadas por si acaso. Gracias al cielo al final no la necesité porque logré lo que quería: poder dormir la mayor parte del vuelo.
Al llegar a Madrid, a pesar de las horas de viaje (contando desde el momento de dejar mi casa para ir al aeropuerto) tuve la suficiente energía para hacer todo un mundo: instalarme en mi habitación, salir a comer, buscar mis cajas con las cosas que iba a necesitar este semestre, organizar mi habitación, hacer la compra del supermercado y hasta salir al centro para resolver un asunto con mi teléfono. Claro que cuando me acosté a las 10 de la noche, caí muerta. Por ello para mí esos 300 euros los siento como el dinero que mejor he invertido en toda mi vida. Porque le saqué el provecho y me sirvió para llegar menos desbaratada al otro lado del mundo.
¿Significa esto que ahora siempre viajaré en primera clase? ¡Ojalá! Pero la verdad es que mientras siga siendo becaria y sin producir mucho más de lo que quisiera, no sé si me vuelva a tocar. Claro que haré el intento y te exhorto a que si tienes un vuelo planificado próximamente y son muchas horas, hagas el intento del upgrade. Al final te costará mucho menos que un vuelo normal y estarás con los ánimos necesarios para arrancar desde el primer día tu viaje.