Cuando hablamos de competencias digitales no nos referimos simple y llanamente al dominio instrumental de estas, sino a un uso más abarcador que implica construir, producción, evaluar y seleccionar los mensajes mediáticos que queremos transmitir según nuestros objetivos. Estas han tenido un gran protagonismo en los últimos años dentro de los distintos niveles de educación y están consideradas dentro de las ocho competencias clave para el aprendizaje permanente.
Para entender cómo esto afecta tanto a docentes como a estudiantes, es necesario tomar en consideración que tiene doble dimensión: social y personal. En la dimensión social, dentro de los escenarios profesionales, se alude a las “incumbencias” en clave de funciones que se desarrollan y le son propias a un profesional específico; en el segundo caso, la dimensión personal de la competencia, se remite al conjunto de saberes (recursos personales) para actuar competentemente (Pozos Perez et al, 2018).
Según un estudio publicado en la Revista Digital de Investigación en Docencia Universitaria en el 2018, se identificaron toda una serie de Competencias Digitales para dicho perfil, que creen debe asumir el profesorado, haciendo énfasis en que tal competencia ha de estar integrada en el tejido mismo de cada uno de esos roles, dado su carácter transversal e impacto, en mayor o menor grado, en cada una de las funciones y actividades del docente, lo que le permitirá dejar a un lado el enfoque meramente instrumental de las tecnologías.
Para dicho estudio, se identificó que el profesor universitario ha de desarrollar siete competencias digitales para la Sociedad del Conocimiento:
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Planificación y diseño de experiencias de aprendizaje en ambientes presenciales y virtuales.
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Desarrollo y conducción de experiencias de aprendizaje colaborativas presenciales y en red.
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Orientación, guía y evaluación de los procesos de construcción del conocimiento en entornos presenciales y virtuales.
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Gestión del crecimiento y desarrollo profesional con apoyo de las TIC.
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Investigación, desarrollo e innovación pedagógica con/para el uso de las TIC en educación.
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Diversidad, ética y uso responsable de las TIC en el desempeño profesional docente.
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Medio ambiente, salud y seguridad laboral con el uso de las TIC en la profesión docente.
Esto implica que es necesaria la formación continúa en estos elementos por parte del profesorado, claro con la ayuda de las instituciones pertinentes: universidades, institutos, escuelas, gobierno, etc. Por otro lado, si hablamos desde la perspectiva del estudiante es necesario tener en consideración que no porque el alumno sepa jugar o mandar mensajes a través de WhatsApp, implica que tenga la capacidad de enviar un correo electrónico o que de por sí tenga.
Dicho esto, será necesario por un lado que el docente se capacite en dichas competencias, y luego realice una evaluación donde verifique las capacidades del grupo para entonces determinar si deberá formarlos o no en estas herramientas. ¿Es más trabajo? Pues sí, además de preparar la materia y actualizar los contenidos el profesor deberá capacitarse en herramientas que le ayuden a mejorar su clase. Pero que no cunda el pánico, que una vez dominadas se podrá fluir con mayor soltura.